"La soledad se cierne sobre mis hombros.
Muerto augurio de penares inagotables.
El vaho del cristal, azul reflejo de tu mirada.
Congoja mañanera.
Tos que arranca desde las entrañas.
Y ahora que no soy poeta ni soy nada,
ahora que ya salté de aquel precipicio y he muerto, pero al fin vivo...
ahora que las palabras afiladas han roto las rejas,
ahora es cuando le pregunto a la luna si se siente sola
ahora es cuando me enamoro de ella para no tenerla nunca.
Imagen difuminada de sentidos.
Y seguiré siendo una poeta decolorida de versos acristalados.
Pero ya ni poeta, ni nada.
Yo no escribo versos ni rimas.
Plasmo el dolor y el desamor ajenos que se hacen míos.
Ojos rojos. Azules y grises.
Co(n)Razón en aumento.
Podría dedicarte los versos más tristes, o quizás los más bonitos.
¿Qué es esto que siento? ¿Amor?
Romántica y soñadora.
Aquel siglo si hubiera sido el mío.
y después de unos versos a un fantasma que amor ha sido, pistola en la boca, en la cabeza un tiro.
Pero ahora es otra cosa.
No volvería a morir por amor.
La muerte es bella, pero ya no la deseo.
Aún tengo que hacer algo....
El -diablo- ya no quiere mi alma, ahora la proyecto en
cada sonrisa que emana de mí, buscando a alguien que me abrace y me
sostenga en sus brazos fríos o cálidos. Quizás templados con los míos.
Corazón despojado de su trono.
¿Cómo respiras?
Me pregunto cómo sería sentir tus latidos junto a los míos.
Pero ya no pregunto.
Barrunto el olor ocre de tus pisadas invisibles.
Imaginación mía.
Toc, toc.
Nunca vas a llamar a mi puerta.
Pero si miras debajo del felpudo, encontrarás ese micropoema.
Ni de ti, ni de nadie.
De alma rota he vivido siempre.
Cuerpo helado y mente distorsionada.
Me pregunto por qué hallé en su momento La Belleza, esa idea sórdida..
Y sé que podría volver a amar una y mil veces.
Entregarme de nuevo a lo insólito.
A alguien que me viera sin necesidad de mirarme....
Otra vez vuelvo a escribir.
¿Y quién no se siente solo en esta vida?
Yo ya no, pero sólo a veces, cuando me entra la melancolía de decirle a alguien: te quiero....
Sólo a veces, cuando me da por recordar que llevo demasiado tiempo sin sentir unos labios junto a los míos....
Cuando me refugio entre las sábanas, antes de acostarme,
y vuelvo a soñar que soy alguien para alguien más que para mi
misma...."