"Dicen que se rindió.
Acabó quebrándose en el hexágono irregular que se acumulaban en su vida.
Esas paredes que formaban su día a día.
Soñar era inútil. Ya no la servía de nada.
Se sentía una anciana, dejada por ella misma, alejada de su alrededor.
¿y qué pasó con aquel espejo que debía enseñarla lo bello de su reflejo?
Los cuentos de hadas sólo son eso, cuentos.
Su espejo se rompió al son de su voz helada.
Un grito de silencio.
Un momento de libertad dibujado entre carmín desesperanza.
Una vida que fluía entre sus dedos.
Dicen que ya no podía amar.
Su mente se bloqueaba ante cualquier ápice de dulzura.
No la merecía.
Demasiado sentimiento para su corazón roto.
La llamaban la chica de las emociones y los sentimientos ajenos, mientras ella no podía sentir nada.
Sentía lo que sentían otros.
Y dicen que cerró los ojos y echó a volar con el viento....
Nunca más se supo de ella.
Dejó atrás aquel cristal afilado que se clavaba en su mirar..."