Y me voy a detener un instante: escribo porque escribo.
Al setecientos cincuenta y cinco, o cincuenta y cuatro, o cincuenta y siete, por ciento de mi vida.
Y disipando...
Tocando el cielo con las llagas del alma.
Dentro de nada quizás me esté mareando.
Pero no importa.
Quizás todo tenga más sentido tras unas cuantas rotaciones sobre el eje invertido en el que me hallo.
Hay una mosca posada en la cortina.
¿qué hago?
Nada.
También es otra vida.
La marca circular del vaso tiñe el folio.
Y tengo la mosca en la mano.
La he alcanzado.
Y se escapó mientras escribía que la tenía entre la mano y la sentía en los dedos.
Entre la grieta de la duda.
Del no saber qué hacer.
Quizás por miedo se haya ido por la ventana abierta,
frío que dejo calarme entera.
Mientras el humo se vuelve a escapar entre las grietas.
¿Alguien entiende este espanto?
Adiós mosca.
Mi habitación no es apta en estos momentos para volar.
Quien sabe.
Mañana será otro momento.
Y me retracto,
aquí llega de nuevo.
Curioso.
Le estoy escribiendo a una mosca que hay en el cuarto.
Quiero que se aloje en mi mano, retal del corazón, y, sin hacerla daño, invitarla a descubrir otros sitios a los que yo no podré llegar...
No me molesta su presencia.
Quizás, sin embargo, le moleste la mía, vibración candescente de color carmesí que me llevo a los labios.
Saboreo los retazos de este "maldito" eco-sistema en el que me hallo.
Y entonces, ahora, en este instante, llega la melodía.
Esa luz que escalofríos me regala y hace ponerme en pie para bailar.
Por todo el cuerpo. Y mente.
Sonando.
Vibrando.
Quamtum de energía.
¿Qué hará la mosca cuando apague la luz y le dé las buenas noches a la luna?
Seguir viviendo.
Y hoy sé que esta distorsión, fruto del sabor ácido que me acompaña, es, sólo, producto de la mente.
Lo que hay más allá del corazón, es otra historia.
Lo que hay más allá del anhelo... es camino comprendido a estas alturas de mi esencia.
¿Y quién la Amará?
Seguiré mirando la luna, soñando, quizás, que, en algún otro lugar remoto y des-ô-conocido, halla alguien que se esté preguntando cómo debe ser su otra cara.
Existencia mía.
-Wir sind alle wie eins-
Y... sigo siendo, más allá de estas líneas que comparto.
Belleza en el corazón..."
