Y comienza a vivir

Y comienza a vivir

ENERGÍA ACÚSTICA PARA EL ALMA

lunes, 6 de febrero de 2017

...Y AHORA...COMO MUCHAS OTRAS VECES LE HABLO A MI MENTE...

 Querida mente...
¡Siénteme!
Siéntate a sentirme.
Con serenidad.
Sin tardar demasiado.
Pues no acumulo demasiada paciencia en mis venas.
Siéntate a pensar conmigo.
Calcula la raíz cúbica del tiempo que tardaría alguien en conocerme. Y divídelo entre la resta media del tiempo que una persona puede ofrecer.
Luego súmale unas cuantas frases gramaticales sobre la complejidad de mis heridas, tejidos que intento coser mientras camino.
Y prepara una solución ácida, o amarga o dulce, o picante, que contenga la fórmula para el abrazo que más anhelo dar y recibir.
Ve anotando los resultados, querida mente, porque la historia se complica.
Traduce a un idioma más simple esos sueños que veo. Y dibújalos con garabatos para explicárselos a nadie.
Eleva a la séptima potencia el pronombre posesivo que va después del mío, y conjuga algún verso con su matriz para borrarlo.
Conoce esa raíz cuadrada de Pi que pertenece a su pronombre personal.
Orgánicos o inorgánicos, los enlaces se pueden romper. Aprende a hacer jabón.
Los lisosomas a veces parecen más interesantes que algunas personas. Recuerda eso.
Y si la entropía se mantiene, entonces habremos entendido mínimamente algo.
Distingue los sonidos que viajan por la luz, y mira al sol de vez en cuando para ver quizás en esa ceguera.
No despilfarres por escribir cosas sin sentido.
Y viaja a través de átomos invisibles que no pueden hacerse más pequeños. La energía se transforma, nunca más lo dudes.

Y entonces, busca ese número solitario que sólo es divisible por si mismo y por uno, para compartirnos...

Y cuando lo encuentres, agita bien fuerte este tubo de ensayo en el que va el alma, y viértelo con cuidado, no todo el mundo puede soportar tan profundo..."

 🌱🌸

"Y ahora...como otras muchas veces...:
Mi mente pone pruebas a modo de barreras, disfrazada de apatía, cuando sabe que estoy sintiendo de más. Una frontera de autoprotección, aunque me pierda tras ella.
Siempre lo ha hecho. Al principio no sabía por qué, ni cómo, ni cuando sucedería. Ahora ya... dejo que lo haga, de forma autómata, bajo mi conocimiento, aunque fuera de mi control.
Creo que así me he dado cuenta muchas veces de que había motivos que no merecían ninguno de mis sentimientos...O puede que estas pruebas en forma de barreras fueran la causa y causante de no querer regalar sentimientos...

Y experimentar, comprobar si realmente merecen la pena las cosas por las que ilusionarse.
El primer paso, ahora creo, es comprobar las respuestas....tan sencillo como por ejemplo sería responder a un mensaje que llevó consigo algo de sentimiento. O quizás saber cuando no hablo como yo misma; cuando saber cómo responderme con algo de empatía y afecto...
Y ya a priori..una ardua tarea.

Puede que lo segundo, (quizás lo que me llene o me vacie de osadía...) sea pretender, fingir, jugar con lo contrario de lo que realmente quiero, como por ejemplo, decir que no (cuando es que sí). Algo útil para saber la resistencia que tiene una persona ante algo tan complejo como yo, ante la dualidad de mi pensamiento, ante ese miedo en que a veces oculto mis ilusiones.
O como por ejemplo, pedir sin pedir, mostrar una "necesidad" sin mostrarla. Pedir una ayuda sin quererla. Crear una duda para suscitar dudas y ver como se resuelven...
Es aquí cuando el cansancio aflora. Cuando siempre lo ha hecho. Cuando he hecho que las personas huyeran, espantadas ante tanto pensamiento, ante tanta contradicción.
No hay lógica en la contradicción más que sí y que no, todo a la vez.
Y es aquí, entonces, cuando veía marchar, sin comprender, tantas ilusiones fallidas.
Por aquellos entonces aún no había hecho tal profunda introspección en mi mente para saber, exactamente, los pasos que sigue para querer sentir y ser conocida.
Al fin y al cabo, ahora puedo llamarlo prueba, quizás ensayo, o tanteo, o estudio, o desmostración, o señal, o indicio, o razón, o intento...

Medir la capacidad y la paciencia ante las dudas que, intencionadamente y sabiendo, suscito en mi misma para proyectarlas y suscitarlas en los demás, y simplemente, ver como reaccionan...observar las palabras, y saber si serían merecedoras de mis lágrimas...
Interesarme por saber como se muestra alguien ante todas estas triquiñuelas inocentes y a veces poco inofensivas de mi mente...

Y ahora lo sé: llega un momento en que mi mente razona mis sentimientos, y también quiere razonar el de los demás. ¿Y cómo es posible una cosa tan imposible y absurda como razonar algo que no se puede razonar? Simplemente comprobando....eso es todo...comprobando la capacidad que tiene alguien para superar esas barreras que a modo de pruebas me pongo a mi misma y a los demás cuando siento algo, lo que sea...
Yo ya compuse las mías....ahora...¿Quién tendrá la paciencia para soportarlas?
Al fin y al cabo, a todos nos gusta saber en qué medida, o cuánto nos aprecian los demás...aunque físicamente no se pueda medir...

Comprobar y educar mis sentimientos, porque de sentires absurdos ya está llena la vida.
Y es que una vez me propuse no volver a sentir nada que no mereciera la pena, que no me enseñara nada y que no me hiciera vivir. Sentir por sentir es una ocupación inútil...y de inútilidades ya estoy completa.
Algún día me prometí que buscaría para una última vez, y para el resto de la vida.
Y ahora entiendo por qué mi mente se dispuso a crear tal disparatada estrategia...
Quizás me confundí al encontrar una vez, o dos, o tres. Quizás me confundí al pensar que era querida cuando no lo era.
Pero cuando tienes tanto en juego...unas simples razones no causan desasosiego, pues más vale cerciorarse ahora, que vivir en una trampa incontrolada de sentimientos inventados y quimeras...

Porque así al fin y al cabo podré sentir lo que quiera sentir y lo que sienta, verdaderamente, razonadamente y con el corazón....

Tan sólo, si merece la pena sentirlo.